Ya han pasado 20 años desde que se abrió la
Expo'92 de Sevilla. Nada más y nada menos que 20 años. Muchos de los que ahora estudian en la universidad, entonces ni siquiera habían nacido. Esto les parecerá algo antiquísimo, viejuno, a la altura del Mundial de Naranjito o la construcción del Canal de Castilla. Puede que tengan razón. Pero para los que vivimos aquel momento, hubo un antes y un después. Como decía uno de sus mensajes publicitarios, fue "lo mejor del mundo".
Desde los años 80 ya nos iban diciendo que en Sevilla iba a haber una "Expocisión Universal". Si lo que entendíamos por una exposición era una habitación con cuadros en las paredes, y esta iba a ser universal, la habitación tendría que ser bien grande. Tendrían que buscar un buen llano para hacer allí el edificio. Se veían en la tele día sí día también las obras del llano, la Isla de la Cartuja, todo lleno de excavadoras y albañiles haciendo edificios, porque en vez de uno iban a ser varios. Uno para cada país del mundo por lo menos. También iban a hacer un tren muy rápido para ir a Madrid. Conforme las obras fueron avanzando se fueron empezando a apreciar los principales símbolos de la Expo como la esfera bioclimática, el monorail y el telecabinas, los puentes de La Barqueta y El Alamillo, las puertas de Itálica y La Cartuja, la torre panorámica, el lago, los jardines, y los grandes pabellones con sus formas características. El skyline de la Expo con los telecabinas pasando constantemente ya era una imagen omnipresente. El recinto de la Expo ya podía ser visitado desde mucho tiempo antes y ya se organizaban excursiones. Unos venían protestando porque todo estaba cerrado y sin terminar, y otros venían encantados por haber hecho un viaje al futuro.
En aquellos años anteriores a la Expo no había internet y no se podía buscar nada en Google Maps ni en la Wikipedia. Para ver algo había que esperar a que saliera en la tele, y entonces solo había tres cadenas: Las dos de TVE y el Canal Sur recién estrenado. Los periódicos había que comprarlos cada día en el quiosco y los libros que había no tenían información tan actualizada como la que manejamos ahora. Todo lo que sabíamos de la Expo es que iba a ser muy grande y que tendría edificios muy modernos, pero era realmente difícil hacerse una idea previa de la magnitud del proyecto.
Conforme el acontecimiento se fue acercando, los efectos de la modernidad de la Expo salieron del recinto de la Cartuja, y se extendieron un poco por el exterior llegando a nuestra ciudad de Ronda con el arreglo de la carretera que va a Sevilla. Una mejora considerable que nos acercó un poco al resto del mundo y que no se ha vuelto a repetir a esa escala en 20 años. También por aquella época se instalaron en Ronda las paradas de los autobuses urbanos, y uno de los anunciantes más activos que copaban los paneles luminosos de las marquesinas fue la Expo'92. Ahora se pagarían muchos euros por aquellos pósters gigantes con dibujos y fotografías de la Expo.
Y llegó el día. El futuro ya estaba aquí. 20 de abril de 1992. El mundo se paró un poco aquella mañana. En el colegio donde yo estudiaba hubo un televisor encendido para que alumnos y profesores pudieran ver algo de la inauguración que duró toda la mañana. Mientras tanto en casa el vídeo VHS comprado hace poco estaba programado para grabar este momento irrepetible. La Expo que tanto esperábamos desde hacia varios años ya había llegado.
Ahora sólo faltaba "ir allí". Era algo que nadie se podía perder porque nos decían que no se iba a repetir, como así ha sido. Ya sea a título particular o en excursiones organizadas, hasta quien no iba nunca a ningún sitio, aquel año fue a la Expo. De verdad era "Ahora o Nunca". Había excursiones cada día, y un mes después, el 20 de Mayo, le tocó a mi colegio. Fue un día espectacular, agotador, a toda carrera, sobresaturación de experiencias e información. Inolvidable e irrepetible. Pasaron semanas para poder asimilar y creer todo lo que habíamos visto aquel día, y después pasaron meses y años enteros para poder entender y apreciar lo que había sido la Expo'92. Aunque ahora pudiéramos ir al fin del mundo en un vuelo barato reservado por internet y vivir experiencias únicas, las condiciones y el modo de vida actual hacen que sea mucho más difícil de que algo nos impresione de aquella manera. En más de una conversación posterior varias personas han estado de acuerdo en que uno de los mejores días de su vida fue su visita a la Expo 92.
Mi visita a la Expo quedó recogida en una redacción para el colegio, y aquel texto, junto con varias fotos escaneadas y algunas cosas más, sirvió como base para dar contenido muchos años después a lo que sería mi página web personal de Geocities, que en principio sólo estaba dedicada a la Expo 92. Actualmente se puede ver todo en
jm00092.freehostia.com/expo92 y como se puede adivinar, el número 92 usado como parte de la dirección, nick y distintivo en muchos sitios más, no está ahí por casualidad. Forma parte de mi vida en internet.
Muchas personas, especialmente los residentes en Sevilla, trabajadores y cualquiera que tuviera mayor relación con este acontecimiento estará de acuerdo con que hubo un antes y un después, y este aniversario es digno de conmemorar.
Enlaces relacionados:
www.expo92.es
Fotos: Logo Expo 92 y JM Web
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