25 años de Rocks'n'Diamonds

Viendo la página artsoft.org descubrimos que el videojuego Rocks & Diamonds ya ha cumplido 25 años. Toda una eternidad en un mundo tan cambiante como es el de las aplicaciones informáticas. Desde aquí felicitamos a su autor Holger Schemel y le damos las gracias por tantos años de entretenimiento.


Rocks & Diamonds se convirtió rápidamente en nuestro videojuego de rompecabezas y laberintos favorito debido a la afición previa que teníamos por el Supaplex, uno de los juegos anteriores a los que este imita.

La historia viene de lejos y empezaría en los años 1992 y 1993 cuando entramos por primera vez a una de las aulas de informática del instituto. Allí había ordenadores de sobremesa Intel 286 marca Investrónica, y tenían instalados programas como WordPerfect, Hardward Graphics o AutoCAD, todos ellos sobre MS-DOS. La oferta de juegos se completaba con gorillas.bas y nibbles.bas dentro del entorno de programación de QBasic, que venía de serie en todos los sistemas. Y los estudiantes más adelantados por su cuenta habían añadido otros juegos, entre los que solo recuerdo el Prince of Persia, y el extraño laberinto de rompecabezas con bolas de hierro y circuitos eléctricos que después descubriría que se llama Supaplex. Este juego triunfaba por encima de los otros y siempre se sacaban algunos minutos en las dos horas semanales de informática para abrirlo y poco más, porque con cada ordenador compartido entre tres alumnos, sacarle partido era complicado. 

Supaplex

El último día del curso llegó y como MS-DOS todavía me parecía un jeroglífico, se me ocurrió de apuntar en un papelito los conjuros mágicos para abrir el juego el año que viene. Esto es CD JUEGOS. Pulsar Enter. CD SUPAPLEX. Pulsar Enter. Y SP.EXE Pulsar Enter.

Pero el curso siguiente también llegó. Y a pesar de ser un itinerario de ciencias e ingeniería, no había la asignatura optativa de informática aplicada. Y en esa época casi nadie tenía ordenador en casa. Así que si no había informática y no había ordenadores, tampoco había Supaplex. Y el papelito con los conjuros mágicos se perdió. Y el nombre del juego se me olvidó. Y aprendí a jugar al Tetris con una maquinita con pantalla LCD que compré en una tienda de Todo a 100.

En el verano de 1995, apenas unos meses antes de que Holger Schemel publicara en internet su primer Rocks & Diamonds para Linux, tuve mi primer ordenador. Un modernísimo 486 con MS-DOS y Windows 3.1 a 16 colores, con 8 megas de RAM que después descubrimos que realmente eran 4. La tienda Olivetti de Ronda era demasiado seria como para pedir que te instalaran juegos, así que pasé mucho tiempo descifrando el Gorrillas de Qbasic y haciendo dibujitos con el MS Paint. Ninguno de mis amigos tenía ordenador, lo que me convertía por eliminación en un geek todopoderoso, pero aburrido sin juegos. El primero que me pudieron copiar tiempo después fue el Risky Woods, y luego el Prehistorik 2 que me gustó mucho más y sigo disfrutando. Nadie tenía el Prince of Persia, pero me propuse de encontrar el rompecabezas de laberintos verdes del instituto.

Lo primero fue preguntar. Hasta que alguien se acordó que el juego se llamaba algo de Super, algo de Suflé, y con varias vueltas más apareció el nombre de Supaplex. Pero ahora a ver quien lo tenía. En las aulas del instituto habían renovado los ordenadores, y de todas formas este año tampoco había asignatura de informática en el Bachillerato Científico. Ingeniería social en estado puro hasta que alguien encontró a alguien que conocía a alguien que había grabado el Supaplex. Nos lo copiaron en un disquete de 3.5 pulgadas que contenía virus, pero con ayuda del MS-DOS Anti Virus lo pude arreglar todo sin graves consecuencias. Ya pude descubrir y disfrutar del Supaplex en mi 486, y empezar a pasárselo a los amigos conforme se iban comprando ordenadores.

Me encantó entender las reglas del juego, apreciar los gráficos pixelados y descubrir poco a poco la primera mitad de la lista de 111 niveles originales que fui capaz de ir resolviendo. En aquella época no había internet como le conocemos hoy, y por lo tanto no había fácil acceso a juegos alternativos, ni niveles extra, ni siquiera el speed fix. Pude sacar buen partido y disfrutar del juego original, eso sí, en el más absoluto silencio.


El siguiente paso en la historia sería la llegada de la tarjeta de sonido, varios años después, ya cerca del 2000. Así descubrimos que Supaplex tenía música de fondo. Y esa música nos resultaba incluso familiar. Los ordenadores 286 del instituto nunca tuvieron sonido, así que no sabemos por qué.

Junto con la tarjeta de sonido instalamos Windows 95 en nuestro vetusto 486 y el cambio le sentó regular a Supaplex. Se ve que la versión de MS-DOS oculta tras Windows no era muy amable con los juegos, y había que usar cosas como Dos4GW y otros programas varios que íbamos descubriendo en las revistas de informática. Aunque Supaplex todavía funcionaba, nunca le llegamos a dar con la tecla para tenerlo igual que antes. Menos mal que este inconveniente duraría poco.


Hasta que llegó internet. Todavía no a las casas, pero sí a las salas de ordenadores y a los cibercafés. Fue en uno de estos sitios donde descubrimos el buscador Google y aprendimos que se podían buscar imágenes. Una de las primeras búsquedas que había que probar no era otra que Supaplex. Vimos como aparecieron infinidad de capturas de pantalla de niveles que no conocíamos, demasiados para completar los 111 originales, y además estaban rodeados de botones y menús raros que no se veían como en el juego de MS-DOS. Y para completar el asombro se veían dentro de programas de Windows. Tranquilidad. Parece que Supaplex no había sido olvidado por el resto del mundo.

Cuando nos fuimos aclarando en las pocas ocasiones donde podíamos usar internet, fue cuando tuvimos conciencia de la existencia del juego Rocks & Diamonds como tal. Entendimos que se trataba de un remake de Supaplex y de otros muchos más como Boulder Dash e Emmerald Mines que ni siquiera conocíamos, pero que tenían un mecanismo y unas reglas similares. Atreverse a descargar algo de internet en un cibercafé y grabarlo para llevarlo a tu casa era una temeridad por el tema de virus. Y en aquella época -2001 ó 2002- todavía no conocíamos a nadie que tuviera internet en casa y la confianza suficiente como para pedirle que dedicara unos buenos 20 o 30 minutos que se podía tardar en descargar los tres o cuatro megas que ocuparía el juego.

Pero la paciencia tuvo su recompensa y pronto encontramos un lugar seguro desde donde descargar Rocks & Diamonds y grabarlo en tres disquetes para llevarlo a casa y empezar a disfrutarlo. Luego seguiríamos descargando paquetes de niveles adicionales, empezando por los que menos ocupaban, para ir descubriendo la maravilla de rompecabezas que encierra Rocks & Diamonds. Los gráficos del Supaplex remasterizados con buena resolución acompañados de objetos y mecanismos espectaculares como las cintas transportadoras, las amebas, las tuberías, los muros de piedra, y un largo etcétera, todo ello complementando y sin olvidar a nuestro amado Supaplex.

A lo largo de estos años tuvimos oportunidad de instalar Rocks & Diamonds en varias aulas de informática y observar como tuvo bastante aceptación entre los usuarios. La variedad de niveles fáciles o difíciles y la ambientación en diferentes temáticas lo hace atractivo para muchas clases de jugadores como un juego casual, satisfactorio y divertido para pasar el rato e incluso relajarse.


Una vez tuvimos internet en casa, primero muy lento con el módem y luego más rápido con el ADSL ya pudimos disfrutar de Rocks & Diamonds sin límites, puesto que el tamaño y las exigencias técnicas del programa siempre han sido mínimas. En nuestra web personal existió un enlace a Rocks & Diamonds desde el primer momento. Como curiosidad, esa sombra amarilla en las letras anteriores es debida a que usamos propiedades CSS que no eran soportadas por Internet Explorer 6 y no las veíamos, pero se quedaron en el código fuente de la página, todo esto antes de dar el salto a Firefox. De la misma forma en este blog Inforserranía llevamos hablando de Rocks & Diamonds desde 2006.

La migración definitiva a Linux que hicimos en 2014 también nos permitió disfrutar del juego en su sistema nativo sin complicaciones. Aunque desde hace tiempo Rocks & Diamonds se puede encontrar en los repositorios de Ubuntu, hemos preferido siempre la instalación manual que es igual de sencilla.

Hemos observado su evolución y las nuevas características a lo largo de los últimos diecisiete años, y aunque su apariencia y funciones principales no han cambiado mucho, siempre ha habido algo nuevo que descubrir en cada actualización.

En este tiempo también hemos ido admirando otros remakes de Supaplex como varios intentos de convertirlo en 3D y más recientemente el supaplex.online que también tiene mucho por descubrir. Son proyectos que se complementan y demuestran que este tipo de juegos siguen siendo muy atractivos para el gran público, incluso ahora en la época de los dispositivos móviles super modernos. Esperamos seguir disfrutando de la evolución de Rocks & Diamonds muchos años más.



Comentarios

sergiou87 ha dicho que…
Muy buen artículo!! 😍😍

Por si te interesa, a principios de año estuve trabajando en una reimplementación perfecta de Supaplex y la porté a muchas plataformas, aparte de hacerla open source. Puedes echarle un ojo aquí: https://github.com/sergiou87/open-supaplex

Y si tienes curiosidad sobre cómo lo hice exactamente, puse algunos detalles en Twitter: https://twitter.com/sergiou87/status/1254364851419447298?s=21
JM ha dicho que…
Gran trabajo. Conocía el Open Supaplex, pero no todos estos detalles. Gracias por avisar

Entradas populares de este blog

El chalet de Médico de Familia

Cómo ganar siempre al buscaminas

Trenes dentro de barcos