Tercer mural de Okuda en Ronda

Cuando todavía nos estamos recuperando del asombro de que dos murales gigantes de esta clase se pudieran pintar en Ronda, también de un día para otro empiezan a pintar uno más. En esta ocasión, el artista Okuda San Miguel ha querido representar a la Mona Lisa en un universo fantástico rodeada de mujeres extrañas escaladoras y colores brillantes. Un resultado muy llamativo que no pasa desapercibido. 

El nuevo mural se encuentra al final de la Calle Granada en su incorporación a la Avenida de Málaga, en el lateral sin ventanas de un bloque de pisos de tres plantas más el bajo. Muy bien situado junto a un quiosco de churros, tiene orientación nor-este, por lo que esperamos que no reciba demasiado sol y se conserve mucho tiempo en buen estado.

Los edificios de esa zona eran de los pocos que hay en Ronda que tienen las fachadas de ladrillo visto. Siempre nos llamaron la atención. Pero el tiempo pasa y uno de ellos se derrumbó por un defecto en la construcción. Luego fueron reformados otros dos, el que tiene el mural y el de al lado, y perdieron también los ladrillos vistos para dar lugar a paredes más convencionales de color gris clarito. Hace pocos días vimos que estaban pintando un trozo de blanco. Gran involución, ya ni siquiera de gris. Menos mal que el cambio ha sido para bien y nos encontramos que era para preparar esta sorpresa multicolor.

Pero las sorpresas en Ronda no sientan bien. Extremadamente tradicionales, todo lo que sea un poco más moderno causa rechazo en una parte de la población. Los primeros dos murales fueron acogidos sin grandes críticas y ya se han integrado perfectamente en nuestro paisaje urbano. Pero este tercero ya a algunos les parece demasiado... colorido. El lugar donde está es un barrio de bloques de pisos en la zona "moderna" de Ronda, muy lejos de cualquier monumento o de cualquier fotografía idílica romántica que se pudiera perturbar. Los medios de comunicación están informando de que el mural ha sido un regalo del artista al pueblo de Ronda en agradecimiento a la acogida de su anterior obra. Esto también ha despertado el recelo de los más desconfiados. Desde aquí le damos las gracias por la parte que nos toca.

En todo caso, para bien o para mal, más para bien que para mal, a partir de ahora Ronda tiene otro atractivo para quien lo sepa apreciar. Serán muchas las personas que se paren a mirarlo y descifrarlo. Cada mañana los que quieran comprar churros para desayunar, y luego más tarde seguro que más de un turista se desvía de la ruta monumental para asomarse entre los cipreses sin punta de la Avenida de Málaga y descubrir todos sus detalles.

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