Cuánto Cuánto Cuánto

Ayer sábado por la noche TVE 1 estrenó un nuevo concurso. Cuánto Cuánto Cuánto. Por llevar poca publicidad decidimos darle una oportunidad, en Antena 3 o Telecinco ni siguiera lo hubiéramos intentado. El programa empezó bastante puntual después de un partido de fútbol. Y lo vimos entero. Sólo un corte para anunciar la lotería. Gran lacra de TVE como el que cada noche hace que los que ven La Revuelta cambian a El Hormiguero. Aquí había un escenario muy grande, pruebas en exteriores, una mascota colorida, tres concursantes famosos, pruebas sencillas del estilo de contar o medir, un jurado muy serio y todo muy bien ambientado y adornado. ¿Que podía salir mal?


Desde que vimos los anuncios previos, el programa nos recordó a ¿Qué Apostamos?, el super amable concurso de los años 90 presentado por Ramón García y Ana Obregón. En unas emisiones larguísimas los participantes tenían que resolver cuatro pruebas muy bien preparadas mientras los invitados famosos hacían apuestas sobre si lo conseguirían o no. Ahora hemos avanzado hacia el futuro y esperábamos que el formato también lo hubiera hecho y consiguiera sentarnos otra vez delante de la televisión, sin caer en la tiranía de las plataformas de streaming.

El programa duró dos horas. Tuvieron que averiguar cosas como cuantos murcianos pesaban lo mismo que un coche, que temperatura tendría un poleo muy caliente que se iba a tomar un señor, cuanto pesaban los pelos que le iban a quitar a un barbudo triste que parece que no se quería depilar, cuanto zumo se podría hacer exprimiendo naranjas sobre la punta de un tiovivo, cuantos globos de helio levantarían unos objetos o cuanto tiempo tardaría una señora mayor en subir una cuesta en su pueblo.


Suena mejor de lo que fue. Parece que nadie entendía las reglas y la participación de los famosos se eternizaba en conversaciones y explicaciones absurdas, junto a detalles improvisados o difíciles de determinar en el desarrollo de algunas pruebas. Lo que parecía que iba a tener la precisión y ritmo de El Precio Justo se convirtió en una sucesión de chistes y discusiones que ocultaban el verdadero propósito del juego.

Creemos que la idea es buena y el programa muy simpático, pero se nos hizo todo muy lento. Dos horas de emisión para apenas diez pruebas que no parecían muy bien elegidas. No llegamos al nivel de aburrimiento del "Grand Prix" donde las constantes repeticiones de los mejores momentos te dejan con la sensación de estar viendo el programa dos veces, pero esperábamos mucho más. La semana que viene no descartamos verlo, pero como aparezca otra cosa mejor tampoco prometemos nada. Si los siguientes programas todavía no están hechos, todavía hay esperanzas de que reconduzcan la situación y corrijan los fallos del primer día. Pero como todo esté ya completado, no le vemos mucho futuro al invento.

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